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La batalla del cabildo - 8 de setiembre de 1815

Se denomina Batalla del Cabildo al enfrentamiento armado librado el 8 de septiembre de 1815 entre las huestes de Juan Francisco Borges y las del gobernador de Tucumán Bernabé Aráoz al mando del capitán Tomás Lobo. Se enmarca en las luchas de Santiago del Estero para separarse de Tucumán, provincia a la que estaba subordinada desde octubre de 1814.


Antecedentes

Hacia el año 1815 Santiago ya se encontraba bajo la dominación de Tucumán. Esta reorganización político-gubernamental se había producido un año antes y había exacerbado aún más el conflicto autonomista que crecía en la población. Según el historiador Alfredo Gargaro, para esta época se perfilaban dos partidos en la política provincial (Gargaro, 1941: 595). Por un lado, un partido autonomista que contaba con el clero, el Cabildo y un sector acomodado de la sociedad. Y por el otro, un partido que respondía a Tucumán y que tenía como máximos representantes a los Taboada. En el primero se encolumnaba el capitán Juan Francisco Borges.

En esos años, en la sociedad santiagueña se libraba una batalla silenciosa entre quienes deseaban la autonomía provincial del territorio y quienes respondían al orden político que se establecía desde Buenos Aires (como cabeza de la revolución argentina). La élite de la capital era partidaria de la causa autonomista, pues como se trataba de dueños de tierras en las que se practicaba la agricultura de regadío, tenían un conflicto de intereses económicos directo con la élite tucumana, ya que competían por colocar su producción en el mercado. Algunas familias notables de esta élite eran los Frías, los Gorostiaga y los Alcorta. Ellos venían luchando en el marco de la legalidad porque creían que una evolución institucional era el camino para lograr la separación del Tucumán (Alen Lascano, 1992: 261). Sin embargo, Borges no utilizaba los mismos métodos de esta oligarquía capitular, y preparó una sublevación armada para derrocar al teniente de gobernador y proclamar la autonomía.

El 4 de setiembre de 1815, a pocos meses de la designación de Tomás Juan Taboada como Teniente de Gobernador, Borges se levanta contra el orden político. Reúne en su casa a un grupo de hombres armados y deciden marchar a la residencia de Taboada para deponerlo de su cargo. Una vez logrado esto, se dirige a la plaza principal, alrededor de la cual se agolpa una multitud, y Borges se autoproclama gobernador de la Provincia de Santiago del Estero sin labrar acta alguna. La rebelión buscaba poner fin a la dominación tucumana, pero desde la cabeza de gobernación no se quedarían de brazos cruzados. Alertado de estos hechos, Bernabé Aráoz envía una tropa de 35 hombres bajo el mando del capitán Tomás Lobo para sofocar el levantamiento santiagueño. En el camino, los hombres de Lobo se encontrarían con refuerzos proporcionados por la familia Taboada, y así una hueste de tucumanos y santiagueños marchaban sobre la ciudad capital para recomponer el orden político perdido. Pero durante los cuatro días que le tomó a Aráoz dar esta respuesta militar, Borges también se estuvo preparando para resistir. Logró reunir a 200 hombres armados (Gargaro, 1941: 602) quienes, en la madrugada del 8 de setiembre, se formaron frente al Cabildo para defenderlo. Las tropas de Borges estaban compuestas por el bajo pueblo. Algunos tenían fusiles, pero muchos otros estaban armados con cuchillos, piedras y palos. Eran las armas de los pobres y las manos laboriosas de los oprimidos quienes estaban dispuestos a defender la autonomía con su sangre. Esa noche no solo se produciría un choque temprano entre “unitarios” y “federales”, sino que tendría lugar otro capítulo de la ancestral lucha de clases.

La batalla

Las dos huestes se encontraron y se libró una lucha feroz; la batalla del cabildo de 1815. La causa autonomista animaba el espíritu de quienes tomaban piedras para enfrentarse a la pólvora. Sin embargo, algunos partidarios de la autonomía provincial brillaron por su ausencia aquella noche, se trataba de las familias acaudaladas de la capital, aquellas que tantas generaciones dominaron el Cabildo. A diferencia de Borges, ellas no profesaban una lucha frontal contra el régimen vigente, sino que buscaban el camino institucional hacia la soberanía federal, o sea una salida política como ellos la entendían (a diferencia de Borges, quien utilizaba los métodos radical-democráticos de los liberales europeos, influenciados más por la experiencia Jacobina que por la misma toma de la Bastilla). Vale decir entonces que en la madrugada de ese 8 setiembre, la lucha de clases no solo se expresó en la batalla con armas frente al Cabildo, sino que también tuvo su manifestación hacia el interior del bloque autonomista. Este se trataba de un frente heterogéneo y de composición policlasista. Según Galasso, el fenómeno del caudillismo se daba en el siglo XIX argentino cuando los pueblos humildes se expresaban a través de la figura de un conductor fuerte, que provenía de familias hacendadas o tenía prestigio militar, conformaban entonces un “frente social” entre algunos sectores populares y otros de poderío económico (Galasso, 2012: 242). De esta manera, el frente social que luchó por la autonomía santiagueña incluía dentro de sí a elementos diversos e incluso contradictorios.

Conclusiones

La batalla del Cabildo del 8 de setiembre de 1815, durante la primera sublevación de Borges, terminó con la victoria del capitán Tomás Lobo y las tropas tucumano-santiagueñas. En el enfrentamiento, Borges sería dado erróneamente por muerto, por lo que al recuperar el conocimiento lograría escapar en primera instancia, pero luego terminaría siendo apresado por Antonio María Taboada, ayudante mayor de la ciudad, y sus hombres, para ser enviado a Tucumán a sufrir su cautiverio político. Así termina una de las gestas del pueblo santiagueño en su lucha por la soberanía. Si bien fue una derrota para el frente social y la causa autonomista, la lucha no terminaría allí. Borges lograría fugarse de prisión para preparar una segunda sublevación y continuar de esa manera con su gesta. La sangre derramada por el pueblo en esta batalla nos recuerda que la historia no solo la hacen los grandes hombres o los héroes de bronce, sino que la hacen las masas populares.


Autor: Figueroa, Francisco

Bibliografía:

Achával, José Néstor (1988): Historia de Santiago del Estero. Siglos XV-XIX. Santiago del Estero: Ediciones Universidad Católica de Santiago del Estero.
Alén Lascano, Luis (1992): Historia de Santiago del Estero. Santiago del Estero: Plus Ultra.
Alén Lascano, Luis(1995): “Santiago del Estero: su historia, su tierra, su pueblo”. En AA.VV: Santiago del Estero: Recorrido por una ciudad histórica. Santiago del Estero: s.e.
Galasso, Norberto (2012): Historia de la Argentina: Desde los pueblos originarios hasta el tiempo de los Kirchner, Tomo I. Buenos Aires: Colihue.
Gargaro, Alfredo (1941): “Santiago del Estero (1810-1862)”, en Levene, Ricardo (Dir.): Historia de la Nación Argentina, Vol. IX: Historia de las provincias. Buenos Aires: s.e.
Gargaro, Alfredo (1948): Los orígenes de la autonomía santiagueña 1815-1820. Santiago del Estero: s.e.

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