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María Antonia de Paz y Figueroa

(Mama Antula)

María Antonia de Paz y Figueroa fue una religiosa católica que nació en Santiago del Estero hacia 1729/1730 y falleció en Buenos Aires en 1799. Fue declarada beata el 27 de agosto de 2016.


Datos biográficos

El historiador Baltasar Olaechea y Alcorta sostuvo que María Antonia nació en el pueblo de Silípica; sin embargo, tras una extensa investigación, el genealogista Alberto Bravo de Zamora concluyó que no existen pruebas de tal afirmación y sí hay indicios que prueban que nació en la ciudad de Santiago del Estero.

Se la conoció popularmente como Mama Antula, denominación dada por los quichua-hablantes de Santiago del Estero; este sobrenombre es producto del mestizaje del idioma quichua con el español, donde Mama tiene el concepto de maternidad (espiritual), en lo que se refiere al hecho de dar vida, principalmente, a los necesitados (negros, indios, esclavos y entre ellos las mujeres y los niños). Antula es la derivación quichua del nombre propio español Antonia.

Familia. Primeros años

María Antonia pertenecía a una de las familias más antiguas de la provincia, descendía de conquistadores y gobernantes.
Existen diversas versiones sobre el nombre de sus padres, ya que la misma Beata no los nombra en su correspondencia y los registros de bautismo en la Catedral de Santiago del Estero comienzan muchos años después de su nacimiento.
El historiador Andrés Figueroa dice que probablemente fuera hija de Don Miguel de Paz y Figueroa del que no tiene datos de todos sus descendientes.
Bravo de Zamora, luego de estudiar la documentación existente, sostiene que muy probablemente fuera hija de Don Miguel de Paz y Figueroa y de Doña Ana de Zurita, con quién estuvo casado en primeras nupcias. En segundas nupcias Don Miguel se casó con Doña María Díaz Caballero, por lo que María Antonia tuvo muchos hermanos y medio hermanos.

A los 15 años decidió dedicarse a la vida religiosa y pasó a llamarse María Antonia de San José. En esa época no existían órdenes religiosas activas, solo las de clausura, por lo que decidió vestir túnica negra y convertirse en beata (laica consagrada). Junto a otras beatas se dedicaron a la oración y a la caridad colaborando con los Jesuitas bajo la guía del Padre Gaspar Juárez.

Viajes misioneros

En 1767 el rey Carlos III decidió la expulsión de los Jesuitas de todas las posesiones españolas, orden que se cumplió en Santiago del Estero el 9 de agosto del mismo año.
Esta expulsión debe haber impactado hondamente en el espíritu de la beata, porque decidió mantener viva la obra de los jesuitas comenzando con el apostolado de los Ejercicios Espirituales, basados en las enseñanzas de San Ignacio de Loyola.

María Antonia, con el apoyo del mercedario Joaquín Nis, recorrió la ciudad de Santiago del Estero y sus alrededores. Caminaba descalza, con una cruz de madera, y se comunicaba con todos usando la lengua quichua cuando era necesario; lengua que hablaba perfectamente como la mayoría de las personas en ese tiempo ya que era la lengua del pueblo. Organizó ejercicios espirituales, primero para hombres y luego con mujeres, donde hubo gran concurrencia de todos los niveles sociales. Así recorrió Jujuy, Salta y Tucumán y más tarde Catamarca y La Rioja.

En un nuevo viaje llegó a Córdoba donde permaneció por tres años; en 1779 emprendió el camino a Buenos Aires. El viaje era considerado una locura por la distancia y peligros que acechaban, sin embargo, pudo llegar sin contratiempos.
En Buenos Aires tuvo que vencer la resistencia inicial del Virrey y del Obispo, pero luego de unos meses pudo iniciar su misión allí. También se dirigió a Colonia y Montevideo, donde permaneció tres años, propagando el evangelio a través de los ejercicios espirituales.

A su regreso dedicó sus esfuerzos a fundar la Santa Casa de Ejercicios, ubicado en la actual Av. Independencia 1190 de la ciudad de Buenos Aires, que aún se conserva y es de los pocos edificios en pie de la época. La misma se construyó sobre terrenos donados por varias familias y ocupa una manzana.

María Antonia murió el 7 de marzo de 1799 en su celda de la Casa de Ejercicios, tenía 69 años de edad. Fue enterrada en la Iglesia de La Piedad en Buenos Aires. El genealogista Alberto Bravo de Zamora pensaba que la beata deseaba pasar sus últimos años en Santiago del Estero puesto que le había encomendado a su apoderado Don Juan José Iramaín que reparara y pusiera en condiciones el inmueble de su propiedad.

Cartas

Durante su vida la Beata mantuvo correspondencia con amigos y jesuitas; entre ellas están las misivas que enviaba al Padre Gaspar Juárez, comprovinciano jesuita desterrado, y a Don Ambrosio Funes entre otros. Dichas cartas son un testimonio histórico muy importante, fueron traducidas a distintos idiomas y distribuidas en distintas naciones.

Proceso de beatificación y santificación

Los Obispos de Argentina inician en 1905 la causa de su beatificación. En el año 2010 el Papa Benedicto XVI la proclamó Venerable y se le reconoció que practicó las virtudes cristianas en grado heroico. El 27 de agosto de 2016, el Papa Francisco ordenó su beatificación. Una multitud celebró el acontecimiento en el Parque Aguirre de la ciudad de Santiago del Estero.
A inicios de 2024, el Papa Francisco dispuso convertirla en Santa luego de la aprobación de un milagro atribuido a su intersección.


Fuentes
Mama Antula. La sierva de Dios (2014) Bravo de Zamora, Alberto. Buenos Aires. Editorial Jorge Rossi
Mama Antula. La mujer más rebelde de su tiempo (2019) Suárez, C. y Locatelli, Nunzia. Buenos Aires. Editorial Planeta
Compilación: Volmaro, María Andrea

maria-antonia-de-paz-y-figueroa-mama-antula.txt · Última modificación: 2024/02/10 21:03 por bibliotecajwa